CONVENTO DE SANTA

CLARA LA REAL EN TOLEDO

LOCALIZACIÓN: VITORIA GASTEIZ, ÁLAVA

PROPIEDAD: TESORERÍA GENERAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL, MINISTERIO DE EMPLEO Y SEG. SOCIAL

SUPERFICIE: 2.859,00 m2

ARQUITECTO: JAVIER ARROYO GONZALEZ Y JOSE MARÍA SAINZ MUÑOZ

PRESUPUESTO: 274.897,60 €

TIPOLOGÍA: NUEVA PLANTA

EN EL NORTE DEL CASCO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE TOLEDO, se encuentra este convento de Santa Clara la Real de monjas clarisas, habitado por siete religiosas de la orden franciscana que se encuentra rodeada por otros conventos como el de Santo Domingo, de Carmelitas Descalzas o de las Capuchinas. La topografía de la zona confiere a su situación un lugar privilegiado ya que domina desde la altura el nuevo desarrollo de la ciudad que se extiende al norte. El acceso principal se realiza por la plaza con el mismo nombre que el convento, con dos accesos más por la plaza de Santo Domingo el

Real que sirven como entradas de servicio. El conjunto caracterizado por la yuxtaposición de distintos volúmenes a lo largo del tiempo presenta distintos estados de conservación y patologías concentradas en diferentes partes. La intervención se basa en cuatro actuaciones localizadas en cuatro espacios diferentes: el zaguán de acceso a la iglesia y el huerto sur, en el patio del naranjo o claustro de los laureles, la lavandería y la cubierta de la iglesia. Para la eliminación de las humedades en el muro perimetral del zaguán de entrada se implanta un sistema de ventilación forzada y se impermeabiliza colocando un sistema de drenaje y recogida de aguas en la zona del huerto sur hacia la sacristía. Además en esta zona se sustituye el solado actual y se genera una nueva iluminación que permite el uso y la contemplación de este espacio. Por otro lado,

en el Claustro de Los Laureles se realizan catas arqueológicas que permitan el estudio histórico de los distintos niveles del suelo. Colindante a este claustro, el Patio del Naranjo es objeto de una restauración completa con la sustitución del solado, recuperación de los paramentos verticales y la reparación de la cubierta en mal estado, así como las carpinterías y los sistemas de saneamiento y fontanería.

En la zona norte del conjunto, se construye un tendedero como continuación de la lavandería mediante una terraza plana que aprovecha el forjado plano existente bajo la cubierta inclinada colindante con un sistema de celosías plegables que permite preservar la intimidad del nuevo espacio. En la iglesia, se restaura completamente la cubierta y se rehabilita para su consolidación la espadaña restituyendo su trama pictórica original del siglo XVIII.